viernes, 24 de febrero de 2012

아우라 - 6TH Chapter.



Lágrimas brotaron de mis ojos no sé cuando llegó pero allí estaba Yoochun abrazándome, fue como si mis lágrimas le hubieran llamado 
- Te dije que te quedaba prohibido llorar en mi ausencia… - Lo siento es lo único que alcancé a decir, gracias a Dios que se me ocurrió coger mi bolso antes de salir porque me sacó de aquel lugar enseguida, todo el camino lo pasamos en silencio, la situación no cambió al llegar a la casa, no tenía ganas de hablar solo de llorar y llorar y llorar más. Me dirigí hacia “mi habitación” y me tiré en la cama, no me di cuenta de que Yoochun me había seguido hasta que me llamó, apoyado en el marco de la puerta - Miho…

No contesté, solo intenté no hacer ruido, para parecer dormida o yo qué sé para qué… - Miho, por favor, contéstame ¿Qué ha pasado, le has visto?

Me senté en el filo de la cama y comencé a quitarme los zapatos - Sí… - Apenas murmuré, pero supuse que me había oído. Se arrodilló frente a mí y me ayudó a quitarme el zapato que aún llevaba puesto, y otra vez las lágrimas… Volví a sentirme una molestia, pero ahí estaba él para hacerme sentir especial. Se incorporó un poco una vez terminó de quitarme el zapato y se acercó poco a poco a mi rostro y paró con sus labios una pequeña lágrima que caía por mi mejilla izquierda, repitiendo la acción con la otra mejilla - No llores por algo así, no se merece que una princesita tan linda como tú derrame ni una sola lágrima por él…

- No lloro por él, lloro por mí, por estúpida… - Me tomó de la barbilla y me miró fijamente a los ojos-

- Escúchame bien princesa, no eres ninguna estúpida ¿Está claro? - Fue bajando el tono de voz a medida que volvía a acercar su rostro al mío, inconscientemente cerré los ojos, pero intuí que él seguía mirándome pues tardó un poco en hacerlo, en posar sus labios sobre los míos, al principio solo se quedó así, con sus labios sobre los míos, sin moverse lo más mínimo, supongo que buscando mi aprobación, pero poco después comenzó a moverlos, muy lentamente como si todo el tiempo del mundo fuera nuestro. Trató de apartarse, pero no se lo permití, quería más de aquellos dulces labios, pude notar su sonrisa cuando rodee su cuello con mis brazos para que no se apartara justo antes de que volviera a besarme, esta vez con más ganas, pero sin perder la dulzura con la que siempre me trata, llevó su mano derecha a mi nuca y acarició mi pelo con suavidad mientras su lengua intentaba hacerse paso en mi boca, entreabrí mis labios dejándole paso y me estremecí cuando apenas rozó mi lengua con la suya. Me empujó por los hombros con suma delicadeza, haciendo que me recostara en la cama, sin dejar de besarme, una vez estuve tumbada se separó un poco y a medida que con una mano delineaba mi figura casi me comía con la mirada, un suspiro escapó de mis labios con sus suaves caricias, sonrió satisfecho ante tal gesto y se colocó sobre mí, sin ejercer ningún peso, la mano que antes delineaba mis curvas estaba ahora en mi cabello. Me dio un pequeño beso en el labio inferior y poco a poco fue bajando por mi barbilla hasta llegar a mi cuello, no pude contener un pequeño gemido cuando noté un pequeño mordisco en el mismo, no tenía ni idea de cómo me estaba excitando al notar sobre mi cuello su cálida respiración y pequeños murmullos que no alcancé a entender lo que decían, bajó una mano hacia mi muslo pero apenas lo tocó estaba como inseguro por si no estaba de acuerdo. No sé de dónde me salieron tantas ganas de llevar la iniciativa, pero en menos de un segundo las posiciones habían cambiado, ahora estaba sentada a horcajadas sobre él, parecía sorprendido por mi actitud pero aún así esbozó una sonrisa ladina. Saqué la parte baja de la camisa que tenía bajo los pantalones y comencé a desabrocharla tomándome mi tiempo, empezando por la parte más baja de la camisa, me tomó de la cintura cuando me incliné hacia su cuello para morderlo, lamiendo después la pequeña marca que había dejado. Cuando terminé de desabrochar su camisa volví a incorporarme para contemplar su torso desnudo, en el tiempo que llevaba en su casa me había parecido que tenía un tatuaje en el pecho, justo sobre el corazón, y estaba en lo correcto, era un corazón, valga la redundancia, con unas alas y algo escrito debajo pero tampoco le presté mucha atención, mi mente estaba ocupada mirando el resto de su torso que tal vez no sea un torso escultural, más bien levemente definido, pero era bonito, tan bonito como todo el resto de él. Apoyé las manos en el colchón, a cada lado de su cabeza y le robé un beso de esos labios que no paraban de llamarme. A medida que me iba incorporando fui tirando de los filos de su camisa haciendo que se incorporara conmigo, hasta que quedó sentado fue ahí cuando aproveche para quitar su camisa por completo, lanzándola a saber donde. Una vez estuvo quitada y arrojada repartí pequeños besos por su hombro izquierdo, mientras tanto él me pegaba más a su cuerpo. Poco a poco fui llevando mis besos hacia su cuello y lamí su nuez, hacía ya días que me había fijado en lo sexy que era, esto provoco un leve pero ronco gemido que trató de contener apretando los labios, pero fue en vano. Echó la cabeza hacia atrás dejándome el cuello más accesible, tras varios minutos de besos y caricias me sujetó por los muslos y volvió a tumbarme en la cama pero esta vez dejando mi cabeza sobre la almohada y después de mirarme con una dulce sonrisa comenzó a levantarme el vestido pero de repente paró en seco, le miré extrañada-

- ¿Estás segura de esto, princesa? - Asentí y posó un pequeño beso en la punta de mi nariz- Si en algún momento quieres que pare… Solo dilo - Tomé su cara entre mis manos y le besé lo mejor que pude con la poca experiencia que tenía y retomó su misión de quitarme el vestido, separé un poco la espalda del colchón para que pudiera quitármelo del todo, una vez me lo quitó se dirigió a mi pecho, repartiendo besos por todo él mientras me bajaba los tirantes del sujetador estaba tan inmersa en todas las nuevas sensaciones que para cuando me di cuenta ni él tenía pantalones ni yo sujetador. Estaba colocado entre mis piernas dando pequeñas lamidas alrededor de uno de mis pezones, un escalofrío me recorrió toda la espalda, fue entonces  cuando atrapó entre sus labios mi pezón, succionándolo. Sus labios volvieron a subir hasta los míos, dándome un pequeño beso casi fugaz antes de proceder a quitarme la única prenda que aún cubría mi cuerpo, una vez quitadas las braguitas recorrió mi cuerpo con una caricia, en forma ascendente, y pegó su cuerpo al mío, haciendo friccionarse nuestras entrepiernas mientras repartía besos muy lentamente entre mi cuello y pecho. Sus movimientos me estaban volviendo loca, quería más y se podría decir por lo que “notaba” que él también lo quería, un pequeño quejido escapó por mi garganta cuando se separó, soltó un poco de aire por la nariz, como una pequeña risa al oírme y murmuró contra mis labios- Paciencia… - posó un dulce beso en mis labios y bajó hasta mi ombligo dibujando el contorno con la puntita de la lengua, siguió bajando por mi cuerpo haciendo un pequeño caminito con la misma, poco a poco deteniéndose en mi bajo vientre para morderlo, aquello me hacía jadear aún más, llamadme inocente pero no esperaba lo que hizo, siguió bajando hasta encontrarse con el fruto prohibido, degustándolo con los labios y lengua, haciéndome rozar el cielo con la punta de los dedos, llevé una mano por instinto a su cabeza, enredando los dedos en su pelo mientras pequeños gemidos conseguían escapar entre mis labios. Escaló por mi pequeño cuerpo hasta mis labios con una sonrisa de completa satisfacción y mientras jugueteaba con el lóbulo de mi oreja derecha llevó una mano hasta mi entrepierna e introdujo un par de dedos en mi entrada, provocando un pequeño gritito por mi parte, siseó contra mi oído y luego me dio un pequeño beso sobre él. Sus dedos se movían en mi interior a un ritmo lento, eché la cabeza hacia atrás y cerré los ojos, concentrándome solo en sentir todo aquello, unos momentos después apartó su mano y me dio un beso en la barbilla y susurró- ¿Estás… preparada ya? - Su voz sonaba entrecortada por la excitación.

- S-sí -Asentí un par de veces con la cabeza, abriendo los ojos poco a poco. Se estiró un poco hacia la mesita de noche y del último cajón sacó un preservativo y abrió el envoltorio con los dientes, no sabéis lo sumamente sexy que fue aquello, se lo colocó con cuidado y… dolió, no voy a mentir al principio dolió, pero esperó, esperó a que el dolor disminuyera para comenzar el vaivén de sus caderas la cual rodeé con las piernas, se aferró a mí y yo aproveché lo accesible que tenía su cuello para morderlo, a veces con cuidado, y a veces con saña, aquello provocaba más gemidos por su parte. De vez en cuando subía a mi oído y murmuraba cosas en inglés y cosas sin sentido a veces también, una de las veces me apreció oír un “I love you” pero no le presté mucha atención, creí que había sido cosa de mi imaginación . Cada vez los movimientos eran más y más rápidos, de repente sentí un cosquilleo en la parte más baja de la espalda a lo que le siguió un suave pero largo gemido acompañado por uno grave de parte del “príncipe”. Traté como pude de relajar mi respiración mientras él se dejaba caer a mi lado y me abrazaba, es lo último que recuerdo antes de caer dormida.

Nos despertamos los dos de golpe al oír el timbre me dio un beso en la frente y se levantó, buscó sus pantalones en el suelo y salió de la habitación, me froté los ojos y vinieron a mi cabeza todos los recuerdos de la noche anterior que me sacaron una risita tonta, de repente me dio vergüenza solo el recordarlo.

Decidí salir para ver quién era, tal vez era Junsu… con algo para desayunar. Me senté en la cama y miré a mi alrededor buscando mis braguitas, entonces me di cuenta de que ya las llevaba puestas ¿Cuándo me las había puesto? Supuse que había sido Yoochun… Eso o que tengo que revisarme la memoria fueron las opciones más lógicas que se me ocurrieron. Me envolví en las sábanas y salí de las habitación, bajé las escaleras y me dirigí a la entrada y me quedé pasmada al verlo allí, otra vez… - ¿Qué haces aquí? - Dije con indiferencia, sus ojos se abrieron como platos al verme así-

- Te he dicho que no tienes nada que hacer aquí Zico, vete ya - Yoochun me rodeó los hombros con un brazo y me dio un beso en el pelo, me pareció ver una lágrima caer por la mejilla de Jiho, pero no pude asegurarme puesto que se dio media vuelta y se fue de inmediato.

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