viernes, 24 de febrero de 2012

아우라 - 6TH Chapter.



Lágrimas brotaron de mis ojos no sé cuando llegó pero allí estaba Yoochun abrazándome, fue como si mis lágrimas le hubieran llamado 
- Te dije que te quedaba prohibido llorar en mi ausencia… - Lo siento es lo único que alcancé a decir, gracias a Dios que se me ocurrió coger mi bolso antes de salir porque me sacó de aquel lugar enseguida, todo el camino lo pasamos en silencio, la situación no cambió al llegar a la casa, no tenía ganas de hablar solo de llorar y llorar y llorar más. Me dirigí hacia “mi habitación” y me tiré en la cama, no me di cuenta de que Yoochun me había seguido hasta que me llamó, apoyado en el marco de la puerta - Miho…

No contesté, solo intenté no hacer ruido, para parecer dormida o yo qué sé para qué… - Miho, por favor, contéstame ¿Qué ha pasado, le has visto?

Me senté en el filo de la cama y comencé a quitarme los zapatos - Sí… - Apenas murmuré, pero supuse que me había oído. Se arrodilló frente a mí y me ayudó a quitarme el zapato que aún llevaba puesto, y otra vez las lágrimas… Volví a sentirme una molestia, pero ahí estaba él para hacerme sentir especial. Se incorporó un poco una vez terminó de quitarme el zapato y se acercó poco a poco a mi rostro y paró con sus labios una pequeña lágrima que caía por mi mejilla izquierda, repitiendo la acción con la otra mejilla - No llores por algo así, no se merece que una princesita tan linda como tú derrame ni una sola lágrima por él…

- No lloro por él, lloro por mí, por estúpida… - Me tomó de la barbilla y me miró fijamente a los ojos-

- Escúchame bien princesa, no eres ninguna estúpida ¿Está claro? - Fue bajando el tono de voz a medida que volvía a acercar su rostro al mío, inconscientemente cerré los ojos, pero intuí que él seguía mirándome pues tardó un poco en hacerlo, en posar sus labios sobre los míos, al principio solo se quedó así, con sus labios sobre los míos, sin moverse lo más mínimo, supongo que buscando mi aprobación, pero poco después comenzó a moverlos, muy lentamente como si todo el tiempo del mundo fuera nuestro. Trató de apartarse, pero no se lo permití, quería más de aquellos dulces labios, pude notar su sonrisa cuando rodee su cuello con mis brazos para que no se apartara justo antes de que volviera a besarme, esta vez con más ganas, pero sin perder la dulzura con la que siempre me trata, llevó su mano derecha a mi nuca y acarició mi pelo con suavidad mientras su lengua intentaba hacerse paso en mi boca, entreabrí mis labios dejándole paso y me estremecí cuando apenas rozó mi lengua con la suya. Me empujó por los hombros con suma delicadeza, haciendo que me recostara en la cama, sin dejar de besarme, una vez estuve tumbada se separó un poco y a medida que con una mano delineaba mi figura casi me comía con la mirada, un suspiro escapó de mis labios con sus suaves caricias, sonrió satisfecho ante tal gesto y se colocó sobre mí, sin ejercer ningún peso, la mano que antes delineaba mis curvas estaba ahora en mi cabello. Me dio un pequeño beso en el labio inferior y poco a poco fue bajando por mi barbilla hasta llegar a mi cuello, no pude contener un pequeño gemido cuando noté un pequeño mordisco en el mismo, no tenía ni idea de cómo me estaba excitando al notar sobre mi cuello su cálida respiración y pequeños murmullos que no alcancé a entender lo que decían, bajó una mano hacia mi muslo pero apenas lo tocó estaba como inseguro por si no estaba de acuerdo. No sé de dónde me salieron tantas ganas de llevar la iniciativa, pero en menos de un segundo las posiciones habían cambiado, ahora estaba sentada a horcajadas sobre él, parecía sorprendido por mi actitud pero aún así esbozó una sonrisa ladina. Saqué la parte baja de la camisa que tenía bajo los pantalones y comencé a desabrocharla tomándome mi tiempo, empezando por la parte más baja de la camisa, me tomó de la cintura cuando me incliné hacia su cuello para morderlo, lamiendo después la pequeña marca que había dejado. Cuando terminé de desabrochar su camisa volví a incorporarme para contemplar su torso desnudo, en el tiempo que llevaba en su casa me había parecido que tenía un tatuaje en el pecho, justo sobre el corazón, y estaba en lo correcto, era un corazón, valga la redundancia, con unas alas y algo escrito debajo pero tampoco le presté mucha atención, mi mente estaba ocupada mirando el resto de su torso que tal vez no sea un torso escultural, más bien levemente definido, pero era bonito, tan bonito como todo el resto de él. Apoyé las manos en el colchón, a cada lado de su cabeza y le robé un beso de esos labios que no paraban de llamarme. A medida que me iba incorporando fui tirando de los filos de su camisa haciendo que se incorporara conmigo, hasta que quedó sentado fue ahí cuando aproveche para quitar su camisa por completo, lanzándola a saber donde. Una vez estuvo quitada y arrojada repartí pequeños besos por su hombro izquierdo, mientras tanto él me pegaba más a su cuerpo. Poco a poco fui llevando mis besos hacia su cuello y lamí su nuez, hacía ya días que me había fijado en lo sexy que era, esto provoco un leve pero ronco gemido que trató de contener apretando los labios, pero fue en vano. Echó la cabeza hacia atrás dejándome el cuello más accesible, tras varios minutos de besos y caricias me sujetó por los muslos y volvió a tumbarme en la cama pero esta vez dejando mi cabeza sobre la almohada y después de mirarme con una dulce sonrisa comenzó a levantarme el vestido pero de repente paró en seco, le miré extrañada-

- ¿Estás segura de esto, princesa? - Asentí y posó un pequeño beso en la punta de mi nariz- Si en algún momento quieres que pare… Solo dilo - Tomé su cara entre mis manos y le besé lo mejor que pude con la poca experiencia que tenía y retomó su misión de quitarme el vestido, separé un poco la espalda del colchón para que pudiera quitármelo del todo, una vez me lo quitó se dirigió a mi pecho, repartiendo besos por todo él mientras me bajaba los tirantes del sujetador estaba tan inmersa en todas las nuevas sensaciones que para cuando me di cuenta ni él tenía pantalones ni yo sujetador. Estaba colocado entre mis piernas dando pequeñas lamidas alrededor de uno de mis pezones, un escalofrío me recorrió toda la espalda, fue entonces  cuando atrapó entre sus labios mi pezón, succionándolo. Sus labios volvieron a subir hasta los míos, dándome un pequeño beso casi fugaz antes de proceder a quitarme la única prenda que aún cubría mi cuerpo, una vez quitadas las braguitas recorrió mi cuerpo con una caricia, en forma ascendente, y pegó su cuerpo al mío, haciendo friccionarse nuestras entrepiernas mientras repartía besos muy lentamente entre mi cuello y pecho. Sus movimientos me estaban volviendo loca, quería más y se podría decir por lo que “notaba” que él también lo quería, un pequeño quejido escapó por mi garganta cuando se separó, soltó un poco de aire por la nariz, como una pequeña risa al oírme y murmuró contra mis labios- Paciencia… - posó un dulce beso en mis labios y bajó hasta mi ombligo dibujando el contorno con la puntita de la lengua, siguió bajando por mi cuerpo haciendo un pequeño caminito con la misma, poco a poco deteniéndose en mi bajo vientre para morderlo, aquello me hacía jadear aún más, llamadme inocente pero no esperaba lo que hizo, siguió bajando hasta encontrarse con el fruto prohibido, degustándolo con los labios y lengua, haciéndome rozar el cielo con la punta de los dedos, llevé una mano por instinto a su cabeza, enredando los dedos en su pelo mientras pequeños gemidos conseguían escapar entre mis labios. Escaló por mi pequeño cuerpo hasta mis labios con una sonrisa de completa satisfacción y mientras jugueteaba con el lóbulo de mi oreja derecha llevó una mano hasta mi entrepierna e introdujo un par de dedos en mi entrada, provocando un pequeño gritito por mi parte, siseó contra mi oído y luego me dio un pequeño beso sobre él. Sus dedos se movían en mi interior a un ritmo lento, eché la cabeza hacia atrás y cerré los ojos, concentrándome solo en sentir todo aquello, unos momentos después apartó su mano y me dio un beso en la barbilla y susurró- ¿Estás… preparada ya? - Su voz sonaba entrecortada por la excitación.

- S-sí -Asentí un par de veces con la cabeza, abriendo los ojos poco a poco. Se estiró un poco hacia la mesita de noche y del último cajón sacó un preservativo y abrió el envoltorio con los dientes, no sabéis lo sumamente sexy que fue aquello, se lo colocó con cuidado y… dolió, no voy a mentir al principio dolió, pero esperó, esperó a que el dolor disminuyera para comenzar el vaivén de sus caderas la cual rodeé con las piernas, se aferró a mí y yo aproveché lo accesible que tenía su cuello para morderlo, a veces con cuidado, y a veces con saña, aquello provocaba más gemidos por su parte. De vez en cuando subía a mi oído y murmuraba cosas en inglés y cosas sin sentido a veces también, una de las veces me apreció oír un “I love you” pero no le presté mucha atención, creí que había sido cosa de mi imaginación . Cada vez los movimientos eran más y más rápidos, de repente sentí un cosquilleo en la parte más baja de la espalda a lo que le siguió un suave pero largo gemido acompañado por uno grave de parte del “príncipe”. Traté como pude de relajar mi respiración mientras él se dejaba caer a mi lado y me abrazaba, es lo último que recuerdo antes de caer dormida.

Nos despertamos los dos de golpe al oír el timbre me dio un beso en la frente y se levantó, buscó sus pantalones en el suelo y salió de la habitación, me froté los ojos y vinieron a mi cabeza todos los recuerdos de la noche anterior que me sacaron una risita tonta, de repente me dio vergüenza solo el recordarlo.

Decidí salir para ver quién era, tal vez era Junsu… con algo para desayunar. Me senté en la cama y miré a mi alrededor buscando mis braguitas, entonces me di cuenta de que ya las llevaba puestas ¿Cuándo me las había puesto? Supuse que había sido Yoochun… Eso o que tengo que revisarme la memoria fueron las opciones más lógicas que se me ocurrieron. Me envolví en las sábanas y salí de las habitación, bajé las escaleras y me dirigí a la entrada y me quedé pasmada al verlo allí, otra vez… - ¿Qué haces aquí? - Dije con indiferencia, sus ojos se abrieron como platos al verme así-

- Te he dicho que no tienes nada que hacer aquí Zico, vete ya - Yoochun me rodeó los hombros con un brazo y me dio un beso en el pelo, me pareció ver una lágrima caer por la mejilla de Jiho, pero no pude asegurarme puesto que se dio media vuelta y se fue de inmediato.

martes, 21 de febrero de 2012

아우라 - 5TH Chapter.





- ¿POR QUÉ TENÍAS QUE TRAERLA PRECISAMENTE A ELLA? ¿ES QUE NO HABÍA MÁS CHICAS EN LA PUTA DISCOTECA QUE TENÍAS QUE IR A POR ELLA? JODER TÍO, QUE ELLA NO ES COMO LAS OTRAS ¿POR QUÉ TENÍAS QUE HACERLO? - Esa voz…  
- ¿Jiho? -Me asomé desde la puerta de la cocina y efectivamente allí estaba, con la misma ropa que anoche, completamente alterado- ¿Qué pasa Jiho? - Me acerqué a él y vi un pequeño corte en su mejilla derecha- ¿Qué te ha pasado Jiho? - Llevé una mano a su cara pero antes de poder llegar a tocarla apartó mi mano-

- No me toques Miho, no me toques… - Su voz parecía dolida, pero ¿por qué, si yo no le había hecho nada? ¿sería que no le llegó el mensaje de Yoochun anoche? -

De repente se río de forma irónica y chasqueó la lengua, acto seguido me miró de arriba a bajo varias veces, me pareció como asqueado ¿Qué te pasa Jiho, has bebido? . Volví a intentar acercarme, pero Yoochun me agarró de la mano evitándolo. Jiho apretó un puño, hasta que se le quedaron los nudillos blancos y lo colocó sobre su boca, como aguantando la rabia pero finalmente estalló, gritándome- ¡ME PASA QUE SOY GILIPOLLAS POR PENSAR QUE NO ERAS UNA PUTA COMO LAS DEMÁS, POR PENSAR QUE ERAS DIFERENTE, ESO ME PASA!

Ni pensé, mi cuerpo actuó antes de que me diera tiempo a hacerlo, di un tirón para que Yoochun soltara la mano que aún me sujetaba y le di el bofetón más fuerte que haya dado en mi vida, un poco más fuerte y le cambio la nacionalidad.

Yoochun hizo amago de pegarle, pero me puse delante de él, evitando que lo hiciera, quería hablar con Jiho- ¿Quién te crees para llamarme eso? ¿Soy una puta por dejar que me besaras o tal vez lo soy por aceptar la invitación de un nuevo amigo y dormir en una habitación diferente? Si te digo la verdad no tenía ni idea de que ser prostituta era eso, siempre he pensado que consistía en mantener relaciones sexuales con otra persona y bueno a cambio de dinero, ya sabes… Pero siendo esto, oye adiós a mis problemas con el dinero, ya tengo un nuevo trabajo - Me giré hacia Yoochun- Podemos repetir esta noche, lo cierto es que esta cama es mucho más cómoda que la de la residencia - volví a girarme hacia Jiho y le acaricié la mejilla que antes le había abofeteado con el dorso de la mano- Creo que me debes mucho dinero por todos estos días que hemos compartido habitación ¿No? - después de eso no quería ver su cara, realmente me sentía dolida, me di media vuelta y me dirigí al baño de la planta baja, donde nos encontrábamos, y me encerré, en ese mismo instante las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, no podía parar de llorar, Jiho era casi mi mejor amigo ¿Por qué pensaba así de mí? ¿Esa imagen tiene la gente de mí? Los pensamientos de que no sirvo para nada ni para nadie que hacía tanto no pasaban por mi cabeza inevitablemente volvieron, y lo único que consiguieron fue hacerme llorar más. Me senté en una esquinita del baño, encogí las piernas, las rodee con los brazos y apoyé la frente entre mis rodillas. Después de un tiempo, no sé exactamente cuanto, escuché varios golpes en la puerta acompañados por la voz preocupada de Yoochun- Miho… Princesa… ¿Estás bien?´- No contesté, solo lloré más, además de inútil hago a la gente preocuparse, no sirvo para nada, soy idiota, esas palabras no hacían más que rondar mi cabeza- Miho, por favor, ábreme, no voy a decirte nada, solo déjame estar a tu lado… - Sequé las lágrimas de mi cara con las mangas de la camiseta y me levanté, me dirigí hasta la puerta y la abrí, antes de que pudiera hacer nada le abracé, le abracé con todas las fuerzas que en ese momento tenía y comencé a llorar aún más fuerte, sin reprimirme lo más mínimo, no quería hacer nada más en ese momento, solo llorar. Me atrajo hacia él y mientras pasó un brazo alrededor de mis hombros con el otro me acariciaba el pelo con suavidad, suavidad y dulzura. Pasamos un rato largo así, ya llegué a ese punto en el que se te entrecorta la respiración y no puedes hablar para nada, me tomó de la barbilla haciendo que le mirara y me sonrió- ¿Qué prefieres, llorar otra hora más o ir a comer? - Tenía que estar preciosa con los ojos y labios completamente hinchados. Apreté los labios un poco para intentar controlar un poco el llanto y finalmente entre sollozos le dije “comer”. Se separó de mí y me miró de arriba abajo-

-Mh… Me parece que es mejor que te cambies, un pijama que te queda enorme no me parece el atuendo más apropiado… -Negó con la cabeza lentamente y no pude evitar reírme-

- Solo tengo la ropa de anoche… - Miré hacia abajo, para verme la ropa y mientras volvía a levantar la cabeza me sequé las lágrimas de la cara- ¿Qué hago?

Tomó una de mis manos y la dejó entre las suyas - No te preocupes, dime cuál es tu residencia y yo voy a por algo que te puedas poner mientras tu te das un buen baño ¿Sí? -Apartó una de sus manos para así poder posar un suave beso en la mía. Mientras me llevaba al baño de arriba porque según la bañera era mejor le expliqué por donde quedaba mi residencia y cual era mi habitación, le advertí también de que Jiho podría estar allí. Una vez llegamos al baño abrió el grifo de la bañera, enorme por cierto, y sacó varios botecitos con sales o algo así de un armario que hay bajo el lavabo- Échate del que quieras, pero no te recomiendo que mezcles, no sale nada bueno, créeme - Intentó no reírse, pero acabó haciéndolo- Bueno princesa, voy a cambiarme y luego a por tus cosas, intentaré no tardar ¿Vale? Tú relájate, y no llores, te queda prohibido llorar si no estoy yo presente y puesto que estás en mi casa tienes que obedecerme -

- Sí mi capitán - Afirmé con la cabeza y me puse muy recta

Se rió de forma cariñosa y se despidió con la mano antes de dirigirse hacia la puerta -  ¡Espera! Trae mi móvil y mi cartera por favor - Se giró a mirarme y asintió.

Al salir del baño cerró la puerta y al pasar un par de minutos comencé a desvestirme. Cuando la bañera estaba lo suficientemente llena, cerré el grifo y eché un poco del contenido del primer bote que cogí, olía como a rosas o algo así. Terminé de desvestirme colocándolo todo sobre el lavabo y me metí poco a poco en la bañera, el agua estaba genial, caliente, pero sin llegar a quemarme, cuando encontré la posición más cómoda cerré los ojos y dejé pasar el tiempo, hasta el punto de quedarme dormida, estaba agotada de llorar. De repente escuché la puerta de la entrada cerrar dando un portazo, eso me despertó, cuando me di cuenta de que me había quedado dormida me levanté corriendo, cogiendo la única toalla que vi y me la puse alrededor del cuerpo-

 Pasado apenas medio minuto llamaron a la puerta - ¿Miho? ¿Puedo pasar? - Abrí un poco la puerta y me asomé-  Pásame lo que sea que hayas traído… - saqué una mano y moví los deditos pero entonces ví que traía mi maleta - ¿Has traído todo?

Es mejor que te quedes aquí unos días ¿Sí? Zico no está bien, no quiero que te diga nada que te haga daño… -Asentí y cogí la maleta- No tardes que nos están esperando~

- ¿Esperando? ¿Quién? - Cerró la puerta delante de mis narices-

- Ya lo verás - Fue lo único que dijo mientras se alejaba por el pasillo -

No sabía que era más apropiado ponerme puesto que no sabía a dónde íbamos. Me puse unos pantalones negros ceñidos que aún no había tenido la oportunidad de ponerme y una camisa blanca de mangas cortas bastante larga, metiendo bajo el pantalón solo la parte de delante, después me puse los tacones de Hyerin, ya que me los había prestado los tenía que aprovechar ¿No? Pensé que como iba a ir más gente que tal vez ni conocía debería maquillarme para disimular un poco la mala cara que tenía de haber llorado, así que me puse algo de base de maquillaje, me pinté un poco de sombra oscura en el rabillo del ojo, eso hizo que diera la sensación de que tenía los ojos más grandes, algo a mi favor teniendo en cuenta lo pequeños que se veían ahora. Puse un poco de sombra que básicamente es brillo por todo el párpado, algo de colorete rosa en mis mejillas y por último un poco de brillo en los labios, finalmente salí del baño, no sin antes recogerlo todo y llevé mi maleta a la habitación donde había dormido la noche anterior, después de todo esto me dirigí al salón donde supuse que estaba él.

¡Woah! Estás preciosa - Se levantó del sofá y se acercó hacia a mí con una leve sonrisa en los labios- pero no por el maquillaje ni por la ropa, sino porque ya no estás llorando

Me vino toda la vergüenza de golpe y con ella una risita tonta - Anda vamos pequeña, que luego se quejan de que tardamos - me cogió la mano y me guió hacia el aparcamiento, me senté en el asiento del copiloto antes de que él subiera al coche y me llevó a un restaurante en una zona que no conocía. Dejó el coche en el aparcamiento del edificio y salimos a la vez del mismo. Tomamos el ascensor y subimos hasta la planta del restaurante, parecía de comida típica coreana pero el ambiente era como el de un pub, aquel lugar tenía que ser bastante caro y según leí en un cartel que había en el mostrador solo podías acudir con reserva, según íbamos entrando todos los trabajadores le hacían reverencias a Yoochun, incluso diciendo su nombre ¿Lo conocían? Tal vez es que va mucho… Finalmente llegamos a una mesa que estaba apartada - Uf, aún no han llegado, menos mal - apartó una silla para que me sentara, y eso hice, tras esto se sentó a mi lado -

¿Quién vie… - pero una alegre voz me interrumpió - ¡Mihooo~~! - giré rápidamente la cabeza hacia donde provenía la voz, y allí estaba el dulce chico de sexys movimientos que la noche anterior había conocido - Hola Junsu~ ¿Qué tal estás?

Apartó la silla que había frente a mí y se sentó - Muy bien, cansado porque este tonto me ha despertado… - Cerró los ojos apenas un segundo mientras ponía morros -

Apoyé los codos en la mesa y miré a Yoochun - ¿Por qué has hecho eso? Con lo tarde que se debió acostar anoche…

Me pellizcó un moflete y arrugué la nariz ante su gesto - Para que comiera con nosotros, así no piensas en el tema - Suspiré y volvía a mirar a Junsu -

- Lo siento Junsu, es mi culpa…

- No hay de qué disculparse, así podemos hablar, que anoche no pudimos - Y volvió a regalarme una de esas sonrisas angelicales que tiene -

Nos pasamos un largo rato hablando los tres, era gracioso verlos “discutir” por tonterías, me hizo olvidar el tema de Jiho por completo, me reí como hacía tiempo no lo hacía y finalmente llegó la persona que faltaba, Jaejoong.


Hizo una reverencia para saludarnos y se sentó en el asiento que quedaba libre - ¿Habéis pedido ya? - ¿Cómo podía ser así de arrogante..? Ni “¿Qué tal?” ni nada, “¿Habéis pedido ya?” Era lo único que se le ocurría decir… - Meh - se me escapó, llevé mi mano derecha a la boca, tapándomela en un acto reflejo, Junsu empezó a reírse escandalosamente, tenía una risa única, no sabría decir como suena…

- No, aún no hemos pedido, te estábamos esperando - Dijo Yoochun mirándole atentamente-

Unos momentos después llegó un camarero a atendernos, me acerqué a Yoochun y le hablé al oído - ¿Qué está bueno aquí? - Miré de reojo al camarero y Yoochun volvió a su postura anterior- No te preocupes yo pido por ti - Y efectivamente así fue, pidió pero no solo por mí sino por todos.

Apenas tuvimos que esperar antes de que llegara la comida, había un montón de cosas con una pinta genial, comimos sin apenas hablar, yo por mi parte estaba muerta de hambre y los demás no sé si acostumbran a comer el silencio o simplemente no tenían nada de qué hablar, una vez terminé de comer recosté la espalda en el respaldo de mi asiento y me llevé una mano a la tripa- Yoochun… Creo que me vas a tener que llevar rodando por el suelo como un tonel hasta el coche, porque no sé si voy a poder andar… - Suspiré como quejándome y tanto Yoochun como Junsu se rieron ante mi comentario.

Después de terminar todos de comer, hablaron entre ellos, yo simplemente me dediqué a mirarles, Jaejoong apenas habló… Qué raro…

Yoochun insistió en invitarnos hasta convencernos a todos. Después de despedirnos de los dos volvimos a casa. Durante la siguiente semana en clase traté de no cruzar ni la mirada con Jiho, a la salida todos los días me recogió Yoochun para llevarme a casa y casi a diario me llevó a conocer mejor la ciudad, si no me llevaba por ahí él, lo hacía Junsu, con el cual en ese poco tiempo cogí bastante confianza, la verdad es que es difícil no cogerle un cariño especial, es atento, dulce, te hace reír… y hasta es guapo, no le falta nada a ese hombre y bueno… Mejor no hablamos de su forma de bailar porque entonces ya sí que no hay palabras.

El viernes Yoochun insistió en que fuera con él a Aura, alegando que Jiho probablemente no iría y que Junsu y él querían ir con la chica más “bonita” de todas. Lo cierto es que fui solo porque me daba miedo quedarme sola casi toda la noche en la casa… Y bueno Yoochun hasta me regaló unos zapatos y un vestido para ponerme ¿Cómo le iba a decir que no?

Y allí estábamos otra vez, en la sala donde vi por última vez a Jiho, bueno por última vez antes de que me gritara… Al venirme ese recuerdo a la mente se me quitaron todos las ganas de bailar o de cualquier otra cosa, así que me senté en sofá y después de meditarlo un poco decidí mandarle un sms a Jiho, así que saqué mi móvil del pequeño bolsito que llevaba y empecé a escribir:

Jiho.. Perdón por hablarte así el otro día, no quiero estar así contigo, eres una de las personas más importantes de mi vida… ¿Puedes quedar mañana para hablar?

En cuanto terminé de hablar guardé el móvil en el bolso, no quería que me preguntaran qué estaba haciendo, porque se iban a acabar enterando de lo que había hecho y no tenía ganas…

Finalmente llegaron los demás, es decir Junsu y Jaejoong, Yoochun había salido a por algo para beber. Junsu se acercó a mí y se puso de cuclillas frente a mí, agarrándose a mis rodillas para no caerse - Miho-ah ¿Vienes a bailar conmigo? Jaejoong no quiere y no voy a bailar solo…

- No sé Junsu, ahora mismo no me apetece… - De repente unas ganas locas de llorar me inundaron, me contuve como pude, y justo en ese momento puso un puchero como el de un niño pequeño que quiere que le compres caramelos -

- Yo pensaba que tú molabas Miho, pero ya veo que no… - Se sentó a mi lado con los brazos cruzados -

-Veeeeeeeenga va…. - Según me iba levantando fui arreglándome el vestido con las manos - Pero solo un ratito ¿Eh? - Se levantó de un salto y asintió muy rápidamente-

- Sí sí, solo un ratito - Me cogió la mano y me llevo a la parte más espaciosa de la sala y comenzó a bailar, de manera progresiva, comenzó de manera suave y acabó “dándolo todo” me sentí cohibida con él bailando así de bien y Jaejoong allí sentado observándonos, pero de todos modos poco a poco me fui soltando, al rato largo empecé a preocuparme porque Yoochun no volvía así que decidí salir a buscarlo… A buscarlo y no perderme porque estaba todo llenísimo como la última vez, pero allí salí yo, a la aventura.

Di vueltas y vueltas, en círculo creo yo porque pasé delante de las mismas personas como 3 o 4 veces, de repente vi una silueta que me resultó conocida… ¿Y ese pelo? Me acerqué más y allí estaba Jiho, comiéndose la boca con una chica, aquello ni era un beso ni nada, le estaba comiendo la boca, la cara de asco que pude poner no es normal, al parecer no notó mi presencia me acerqué más hasta su oído y le hable en un tono en  el que pudiera oírme a pesar de todo el ruido - Luego ven con la poca vergüenza de decirme que soy una puta - Me fui rápidamente sin dejarle contestarme, perdiéndome entre la gente, me sentí una idiota, yo preocupada por él, por arreglarlo y él mientras tanto ¿Qué? Comiéndose la boca con Dios sabe quién… Lágrimas brotaron de mis ojos no sé cuando llegó pero allí estaba Yoochun abrazándome, fue como si mis lágrimas le hubieran llamado -



Quiero darle las gracias a geme, porque me está ayudando y asd eso que la quiero mucho y vosotros la tenéis que querer también... u_ú

miércoles, 15 de febrero de 2012

아우라 - 4TH Chapter.



Al señorito Yong Jun Hyung.

¡¿QUÉ?! - Exclamaron todos casi al unísono

Lo que habéis oído, se ha atrevido a volver - Comentó Yoochun. 

Acto seguido comenzaron a salir de la sala, y Jiho se acercó a mí- Baby… ¿Puedes esperar aquí? - Negué con la cabeza frunciendo el ceño- No pienso quedarme aquí ¿Quién es ese tal Jun Hyung y qué pasa con él?

Miho, por favor… Espera aquí, ya te contaré todo cuando volvamos… - Desistí, no merecía la pena insistirle, ya que lo único que iba a conseguir era que encima se mosqueara. Suspiré sonoramente y me dirigí hacia un sofá para sentarme mientras esperaba, pero algo me detuvo, me habían agarrado la muñeca. Ni me molesté en girarme, tan solo contesté molesta- ¿Qué quieres ahora Jiho? 

No soy Zico, princesa… - Me giré avergonzada para verle, y efectivamente ahí estaba, el “príncipe” Yoochun

¡Oh! Perdón por hablarte así - Me lleve una mano al pecho e hice una pequeña reverencia- 

No te preocupes pequeña…  -Se acercó un poco a mí y me tomó de la barbilla haciendo que le mirara- ¿Cómo te ha dejado Zico sola?

Me encogí de hombros- No sé… Ha ido a ver a ese tal Junhyung… - Me costaba mirarle a los ojos así que constantemente desviaba mi mirada a sus labios o simplemente miraba  a otro lado-

Con que te ha dejado aquí sola por eso… -Se incorporó y apretó los labios, girando la cara levemente, como pensando- ¿Qué te parece si te llevo por ahí y luego te llevo a tu casa? Va a ser una noche muy aburrida si te quedas aquí sola mientras esperas, lo más probable es que tarden bastante…

Pero… ¿Y Zico? Cuando no me vea aquí se preocupará… 

No te preocupes, pequeña, le dejamos un mensaje y listo - Me cogió la mano y levantó levemente la comisura de sus labios formando una pequeña sonrisa- ¿Vienes entonces?

S-Sí… Bueno… Yo he olvidado mi teléfono y mi cartera en la residencia, así que… Tenemos que ir a algún sitio donde no tengamos que pagar y… Bueno tienes que llamarle tú… -Por algún motivo me puse bastante nerviosa con la idea de estar a solas con él, no unos nervios malos, ni nada, simplemente es que nunca nadie me había tratado de esa manera nunca y no sabía como responder o actuar-

En menos de un segundo sacó su móvil de última generación y escribió un mensaje. Al terminar volvió a guardar su móvil en el bolsillo del pantalón y cogió mi mano, entrelazando sus dedos con los míos- Problema número uno solucionado, y por el dinero no tienes que preocuparte, así que problema número dos solucionado también ¿Alguna pega más, señorita? ¿O podemos salir ya? 

- Me reí algo nerviosa y negué con la cabeza- Nada más señor príncipe - Volví a reírme ante mi propio comentario y empecé a andar hacia la puerta- Eso sí, espero que ese sitio al que me piensas llevar me guste mucho mucho mucho y que merezca la pena dejar tirada a la persona a la que venía a acompañar y tener que aguantar sus quejas todos los días… Tooodo el rato… 
Se rió muy sonoramente y rápidamente se me adelantó al abrir la puerta- Ladys first - Creo que debo empezar a plantearme el dejar la carrera de filología española y entrar a arte dramático, porque lo bien que disimulé lo que me gustó aquella frase en inglés, no lo hace cualquiera, tal vez tengo un don y no lo sabía. Pasé antes que él, sin soltar su mano y esperé a que saliera para que me dirigiera a la salida, porque sinceramente no recordaba por donde había llegado hasta allí, además aquello estaba plagado de gente, empecé a pensar que nunca iba a poder salir de aquel lugar, pero Dios sabe como Yoochun me sacó de allí en menos de 2 minutos y se paró frente a un coche de alta gama, un deportivo negro. No sé qué modelo sería porque no entiendo de coches, pero estaba claro que debía tener mucho dinero porque no es ese tipo de coche que ves a diario que piensas ‘Woah es fantástico’ es aún mejor que eso.

Abrí los ojos como platos al ver la puerta abrirse hacia arriba, sí sí, hacia arriba… Me senté en el lado del copiloto y esperé a que entrara él para cerrar la puerta. Me coloqué el cinturón y comenzó a conducir- ¿Con que príncipe, no? 

Le miré extrañada, no entendí en ese momento su pregunta- ¿Qué? 

Antes… - Detuvo el coche cuando un semáforo se puso en rojo y me miró- Antes me has llamado así - Alzó levemente la comisura derecha de sus labios- 

¡Ah! Sí - Me reí asintiendo un par de veces- Es que como me has llamado princesa varias veces… No iba a ser menos - Me encogí de hombros y me froté un poco los brazos, hacía bastante frío- 

No hizo ningún comentario al respecto solo soltó un poco de aire por la nariz a modo de risa y siguió conduciendo en cuanto el semáforo se puso en verde- ¿Dónde vamos? -Miraba hacia todos lados, frunciendo el ceño, aún no conocía apenas la ciudad y me sentía bastante perdida puesto que no sabía por dónde estábamos.

Lo cierto es que no lo sé… ¿Hay algún sitio al que te apetece ir? - Encontró de casualidad un hueco y aparcó el coche mientras decidíamos- 

No sé… Aún no conozco mucho la ciudad… Lo siento -Agaché la cabeza y sentí su mano posarse en mi muslo izquierdo, acariciándolo con suavidad. Por si lo estáis pensando, no fue con ninguna intención extraña.-

-No tienes de qué disculparte princesa~ ¿Qué te parece si vamos a mi casa y te preparo la copa que te debo? 

- Mh… Solo si hay comida -Levante la cabeza poco a poco poniéndole el pucherito más adorable que pude y llevó la mano que antes estaba sobre mi muslo a mi mejilla, pellizcándola- Oppa te preparará algo de comer, no te preocupes~ 

Me llevé una mano a la tripa y asentí- Leeeet’s go~ - Antes de arrancar el coche puso música, la melodía sonaba preciosa, y la letra más de lo mismo, decía algo como…

내가 없는 너의 하룬 어떻게 흘러가는 건지
Me pregunto cómo pasas un día sin mí, por ti misma.
나를 얼마나 사랑하는지 난 너무나 궁금한데
Estoy curioso por saber cuánto en realidad me amas
너의 작은 서랍 속의 일기장이 되고 싶어
Quiero ser tu diario en tu pequeño cajón
알 수 없는 너의 그 비밀도 
Quiero poner todos tus secretos 
내 맘속에 담아둘래 너 몰래
En mi corazón, sin que tú lo sepas.

Cerré los ojos y sin darme cuenta empecé a mover la cabeza al ritmo de la música. Abrí los ojos poco a poco cuando en una parte empecé a pensar lo bueno que eran los altavoces porque sonaba como si estuvieran cantando en ese momento y claro que sonaba así… Era Yoochun el que estaba cantando. Le miré en silencio para no interrumpirle hasta que terminó de cantar- ¡Woah! ¡Qué bien cantas! - su única respuesta fue una sonrisa con un deje de timidez. 

Unos minutos después llegamos a su casa, al ser tan de noche no alcancé a verla bien por fuera. Aparcó el coche en el aparcamiento y esperé a que me abriera para salir del coche porque no tenía ni idea de cómo se abren esas puertas, me sentí como una campesina que vive ignorando por completo la tecnología. Una vez abrió salí con cuidado de que no se me viera nada de lo que no se tiene que ver y una vez cerró el coche le seguí hasta una puerta que llevaba directamente a su casa… Solo diré que lo primero que pensé es si ese hombre era traficante de órganos o algo de eso, porque apenas tendrá 24 o 25 años y dudo que tenga un trabajo tan prestigioso como para tener una casa así.

Colgó su chaqueta en un perchero tras quitársela y señaló el sofá- Ponte cómoda, princesa, como si fuera tu casa - Le hice caso y me senté en el centro del sofá juntando las piernas y colocando las manos sobre mis rodillas, con la espalda bastante recta- ¿Te importa si me pongo algo más cómodo para prepararte algo de comer, bonita?

- No, claro, es tu casa, ponte lo que quieras… - Me di cuenta de lo que había dicho y negué rápidamente con la cabeza- Bueno lo que sea que tape lo suficiente, ya sabes - Se rió, enseñando apenas los dientes y salió del salón. Durante todo el rato que le esperé observé tranquilamente el salón, estaba decorado entero en tonos que iban desde el blanco y gris, al negro… y algunos pequeños detalles en colores llamativos. Después de un rato empezó a molestarme el recogido que me había hecho, así que me solté el pelo. Mientras intentaba arreglármelo con las manos volvió el príncipe, con una camiseta básica de color blanco y unos pantalones deportivos anchos de color gris; con una bandeja en las manos, en la que traía un par de latas de cerveza y nos platos que no alcancé a ver qué tenían hasta que colocó la bandeja en la mesa. Había un poco de kimchi y unos pocos de frutos secos y patatas en otro plato, una mezcla un poco extraña, sí, pero con el hambre que tenía y encima de que me había invitado… No me iba a quejar, así que sonreí ampliamente- ¡Muchas muchas gracias! - Alargué el brazo hacia las patatas para coger una pero me agarró la mano, deteniéndome- 

- ¿Quién ha dicho que sea para ti? - Traté de zafarme del agarre, pero fue inútil-

Con la mano libre se dio un par de toquecitos en la mejilla - Si quieres comida… Tienes que darme algo a cambio…

- No pienso darte un beso a cambio de comida, soy tu invitada, tienes que mimarme, no que cobrarme - Me soltó la mano y se me sentó a mi lado-

- Bueno, bueno… Me has convencido - Cogió una de las latas y la abrió, dado un trago largo de la misma- 

- Oppa… Ahora… ¿Vas a tener que volver a cambiarte para llevarme? - Cogí un par de palillos y con los mismos un poco de kimchi, llevándomelo a la boca y mastiqué con tranquilidad, saboreándolo.

- Mh… -Cogió una patata y se miró a si mismo- Uf… Es verdad… - Se echó hacia atrás, acomodándose en el sofá- ¿No prefieres quedarte a dormir y así le ahorras a oppa el tener que cambiarse y llevarte? Y no tienes que preocuparte de nada, hay habitaciones de sobra, no tienes que dormir conmigo 

- Bueno… No sé… - Comí otro poco de kimchi y me acomodé a su lado en el sofá-

-Pues decidido, te quedas a dormir.

Pasamos unas horas que parecieron minutos conversando sobre nuestras vidas, me contó que estaba estudiando la carrera de música postmoderna, hablamos de por qué me había ido a Seúl, de amores pasados, hablamos de casi todo, creo que hablé con él cosas que nunca había hablado antes. Terminada la conversación le ayudé a recoger lo poco que había por medio y me dejó una camiseta y unos pantalones que le quedaban algo pequeños para dormir. Me preparó la habitación que estaba al lado de la suya y por primera vez en mucho tiempo me dormí prácticamente al meterme en la cama, estaba realmente agotada, pero con toda la conversación no noté el cansancio hasta que me empecé a cambiar.

A la mañana siguiente cuando me levanté, me asomé a su habitación, pero estaba vacía, y su cama ya estaba vacía. Bajé al salón y tampoco lo vi, así que me asomé a la cocina y allí estaba, me di cuenta de que no había notado mi presencia y me acerqué sigilosamente hacia él, dándole un toquecito con las manos en los costados- ¡BUH! - Dio un repullo enorme, incluso me sentí mal… hasta que empezó a hacerme cosquillas- 

- Con que esas tenemos ¿No? Asustando al príncipe que te prepara el desayuno mientras duermes - Le agarré las muñecas con todas mis fuerzas riéndome a puras carcajadas-

- Para…p-para por favor - Casi gritaba, me iba a dar algo ya de la risa, pero entonces me salvó el timbre ¿Quién podría ser ahora, un domingo por la mañana?-

- Por esta te vas a librar princesa… Dale gracias a quien sea - Salió de la cocina para abrir la puerta y aproveché para coger un vaso con zumo de naranja que había en la encimera y le di un trago largo, siempre me despierto con mucha sed y no había tenido oportunidad de beber nada desde que me levanté, de repente escuché gritos- 

- ¿POR QUÉ TENÍAS QUE TRAERLA PRECISAMENTE A ELLA? ¿ES QUE NO HABÍA MÁS CHICAS EN LA PUTA DISCOTECA QUE TENÍAS QUE IR A POR ELLA? JODER TÍO, QUE ELLA NO ES COMO LAS OTRAS ¿POR QUÉ TENÍAS QUE HACERLO? - Esa voz… 

- ¿Jiho? -Me asomé desde la puerta de la cocina….

jueves, 9 de febrero de 2012

아우라 - 3RD Chapter.

Disculpa mi comportamiento, me llamo Jaejoong.

Sonreí como respuesta, pero fue una sonrisa forzada, me había molestado que fuera así de arrogante. Jiho agarró la muñeca de la mano con la que  sostenía la bebida y la llevó hasta su boca para darle un trago a mi bebida, ante tal gesto me giré lo justo para mirarle - ¡YAH! Pero no me robes de mi bebida… -Dije poniendo morros, pero él me ignoró- Mh… Está bien, no está muy cargado para ti - sonrió ampliamente, achinando sus ojos, estaba tan mono que no podía decirle nada más- 

Cuando noté todas las miradas en nosotros carraspeé un poco y aparté la mano con la que aún me abrazaba, soltando el agarre que tenía y me dirigí a uno de los sofás que había- ¿Me vais a dejar aquí sola? - Les puse un pucherito a Jaehyo y a Kyung que eran los únicos a los que no me daba vergüenza mirar en este momento. Se acercaron a mí, para sentarse a mi lado, pero Yoochun y Jiho se les adelantaron… Jiho se sentó a mi derecha y Yoochun a mi izquierda, le di un trago a mi bebida esperando que fuera “suavecita” por el comentario de Jiho, pero Dios que fuerte estaba aquello. Debí poner una cara graciosa porque Yoochun empezó a reírse, le miré extrañada y llevó una mano a mi mejilla acariciándola con el dorso de la mano.

Hyung, te he dicho que respetes a las chicas de los demás…- Dijo en un tono serio Junsu, cuando se sentaba en el sofá que estaba al otro lado de la mesa de cristal que había frente al nuestro- 

No soy la chica de nadie - Encogí los hombros levemente a la par que negaba con la cabeza. Jaejoong se sentó al lado de Junsu, y Jaehyo y Kyung hacían el tonto con la música, yo dejé mi bebida sobre la mesa-

Después de esto solo vino un largo silencio, que se hizo más incómodo al darme cuenta de que Jaejoong tenía la mirada perdida… Pero en mí y Jiho no dejaba de mirar la mano de Yoochun que estaba sobre mi rodilla izquierda, no quise decirle nada porque tampoco estaba haciendo nada malo y además lo acababa de conocer y no quería causarle mala impresión, no solo por mí sino por Jiho también, ya que me había llevado él… 

Me acomodé en el sofá, recostando la espalda en el respaldo y Yoochun se inclinó hacia la mesa cogiendo mi vaso. - Se te va a calentar y va a estar asquerosa… - Levanto un poco el vaso para que supiera a lo que se refería y yo negué con la cabeza- Está muy fuerte para mi, no me gusta… - le dio un pequeño trago y me miró alzando una ceja- ¿Esto está fuerte.. ? - Afirmé con la cabeza- ¿No estás acostumbrada a tomar, pequeña? 

La verdad es que no - Jiho se acercó más a mí y apenas rozó mi cuello con la punta de su nariz, seguida por sus gruesos labios. No pude evitar que un escalofrío me recorriera entera. A pesar de no haber tenido “nada” con nadie, siempre he sabido que el cuello es mi punto débil. Traté de disimular lo mejor que pude - No estoy acostumbrada ni a salir a fiestas ni a beber… - no sé si Jiho me odia o qué pero comenzó a hacer un pequeño caminito de besos hasta el lóbulo de mi oreja y lo atrapó entre sus labios, acariciándolo con suavidad con la punta de su lengua. Cerré los ojos por inercia y se me escapó un leve suspiro de mis labios, aprovechó ese momento de “despiste” para depositar un pequeño beso sobre mis labios.- ¡Yah! - Le di un pequeño golpe en la tripa y volvía girarme hacia Yoochun que observaba todo con una casi imperceptible sonrisa - 

Entonces… ¿No habías estado aquí antes, princesa? - ¿Princesa? Omg este chico debe ser todo un casanova o algo, así.. Me reí mentalmente- 

No, lo cierto es que es la primera vez que vengo… Y ha sido medio obligada por el señor este que está encima de mí, el otro señor que está ahí de pie más conocido como Jaehyo y una amiga… - encogí de hombros dejando una pequeña risa escapar entre mis labios y él mostró una tierna sonrisa en respuesta. Se puso en pie y se tomó mi bebida casi de una vez. Le miré atónita ¿cómo podía haber hecho eso sin poner ningún tipo de cara rara?-  

Voy a dar una vuelta y a traerle algo más suave a esta linda señorita para que no se arrepienta de haberse dejado arrastrar hasta aquí y se decida a volver más a menudo - Me guiñó un ojo y salió de la sala -

Después de un par de minutos de incómodo “silencio” ,bueno todo el silencio que en un club puede haber, Junsu empezó a hacerme preguntas, hablamos sobre la carrera que estudio, de dónde soy, mi edad… Temas bastante triviales - Con que 18 años… Pensé que tenías 16 - Se rió de una forma muy escandalosa, tiene una risa bastante particular. No pude evitar reírme yo también- 

La verdad es que siempre me lo dicen - Me encogí de hombros- ya no me sorprende que me echen menos de mi edad - Jaejoong pareció murmurar algo - ¿Has dicho algo? - alzó la vista para mirarme y negó un poco con la cabeza. ¿Siempre era así de rancio? Vaya amigo se había buscado Jiho…-

Zico… - dije con un hilo de voz mientras me acercaba a él-

¿Qué pasa, baby? - Puse una mano en el lado de la cara que daba a los chicos que estaban enfrente para que no me vieran y vocalicé todo lo que pude- ¿Siempre es así de soooosooo? - Se rió muy alto, demasiado, no entendí qué le había hecho tanta gracia - 

¿De qué te ríes, tonto? - Mascullé- 

Pasó un brazo entre mi espalda y el respaldo del sofá y me atrajo hacia él- La verdad es que es muy divertido, no sé qué pasará… 

Junsu se levantó y se puse a bailar con Jaehyo y Kyung, pero woah… Que bien baila ese chico, sus caderas se movían en perfecta harmonía con la música, me perdí en sus movimientos. Empezó a acalorarse con tanto movimiento y se quitó la chaqueta que llevaba, quedándose solo con una simple camisa blanca de mangas largas y simplemente siguió bailando con los otros, me fijé en lo bien formado que estaba, su espalda es ancha pero no en exceso, su cintura era fina, pero no en exceso, ideal para su espalda, seguí bajando con la mirada y no puedo evitar fijarme en su trasero, el pantalón del traje le favorecía de una manera que no era normal, era respingón pero sin llegar al punto en el que queda feo, simplemente resalta, y parecía blandito, me entraron ganas de estrujarlo, agité la cabeza tratando de sacar ese pensamiento de mi cabeza ¿Qué le pasa a mi cabeza? Por Dios… Al acabar la canción vino hacia mí y me tendió la mano- ¿Vienes a bailar Miho-ah? - Su sonrisa es tan extremadamente dulce, parece un niño de la escuela elemental con esa sonrisa. Me hizo sentir mal por haberle mirado así mientras bailaba -

- Negué con la cabeza levemente - Gracias, pero.. - no me dejó terminar de hablar, me agarró de la muñeca izquierda y tiró con cuidado de mi haciendo que me levantara, y sin soltar el agarre de mi muñeca me llevó hasta donde estaban bailando ellos- Pero no quiero bailar… 

- Pusó un pucherito al que no pude resistirme. Comencé bailando tímidamente, apenas moviendo las caderas al ritmo de la música, empecé a centrarme en la misma, sonaba como… Japonés, con frases sueltas en inglés, lo primero que alcancé a entender fue ‘deep inside, deep inside, crazy’ lo siguiente que alcancé a entender fue algo como ’Kiss and touch me, taste and touch me, baby’ ¿Qué clase de música estaba escuchando? Fuera lo que fuera, Junsu se la sabía a la perfección porque movía los labios exactamente como la letra de la canción requería, pero sin cantar. Para cuando salí de mis pensamientos, estaba bailando más enérgicamente de lo que quería y por lo tanto todos me miraban, paré en seco al darme cuenta de eso- 

¿Desde cuando bailas así de bien? - Dijo Jiho desde su asiento - 

No bailo bien… Solo… He estado muchos años en una academia de baile… - Empecé a pensar que ya que estaba en ‘confianza’ ¿qué más daba bailar como me saliera? Pues dicho y hecho, ahí estaba yo, dándolo todo, pasando de lo que pasara a mi alrededor, de hecho creo que incluso dijeron algo que no alcancé a entender, cabe decir que con lo sensual que sonaba la canción mis movimientos no eran precisamente ‘dulces’ en un momento en el que miré hacia donde estaba Junsu, pude ver en él una sonrisa de satisfacción y al finalizar la canción se me acercó- 

¿Te gustó la canción anterior? -continuaba con esa sonrisa de satisfacción al terminar de preguntar- 

Sí… No la había escuchado nunca y no he entendido muy bien la letra pero… Tiene un buen ritmo -apenas asentí con la cabeza, ya empezaba a darme vergüenza el hecho de haber bailado así delante de todos- 

De repente sentí la puerta de la sala abrirse  y me giré instintivamente a mirarla, era Yoochun, tenía una sonrisa ladina- ¿A qué no sabéis a quién he visto ahí abajo? -Se río de una forma bastante irónica. Todos le miramos esperando su respuesta en silencio- Al señorito Yong Jun Hyung.

¡¿QUÉ?! - Exclamaron todos casi al unísono

아우라 - 2ND Chapter.


Ya hace dos meses desde que cogí aquel tren, en este tiempo Hyerin y yo básicamente nos hemos instalado en la residencia de estudiantes, por desgracia no nos ha tocado juntas porque al parecer están repartidas las habitaciones por carreras pero bueno, mi compañero, sí, compañero, es muy simpático, se llama Jiho, pero todos lo llaman Zico, desde el primer momento en que lo vi, lo que ha captado toda mi atención son sus labios (aunque no es nada raro puesto que es lo primero en lo que me suelo fijar) son carnosos… Mucho, son realmente apetecibles, y es raro que yo diga esto, puesto que no soy una chica de las que se acercan a cualquiera y… ya sabéis a lo que me refiero ¿No? Pero es que son tan… ¿Mordibles? Dejémoslo en eso… Su nariz es más bien redonda y sus ojos bastantes rasgados, y algo que cabe destacar es su pelo que está teñido del rubio más chillón que os podáis imaginar, con la rápida confianza que hemos cogido en estas semanas no es extraño que me pase el día revolviéndole el pelo, demasiada confianza diría yo, sobretodo si tenemos en cuenta que es un año mayor que yo… Y bueno… Que es un chico, debido a esto no hay día que falte algún comentario al salir de la universidad referido a nuestra “relación” la verdad es que me importa poco lo que digan, pero es un poco cansado, para qué engañarnos.


Mi vida se resume en… Ir a clase, hacer un rato el tonto con Jiho, volver a la residencia, estudiar, ir a la habitación de Hyerin, hacer el tonto con ella y su compañera, volver a mi habitación, cenar, hacer el tonto con los amigos de Jiho que suelen estar a esas horas y acostarme. Así pasan los días desde entonces, no está mal la verdad, tampoco hacía mucho más en mi casa, el único inconveniente es que Hyerin y yo empezamos a necesitar dinero, porque nuestras familias nos mandan y suficiente, pero no me siento muy a gusto así, prefiero que inviertan ese dinero en otras cosas que sean más productivas, ya han gastado suficiente dinero en mí…


La verdad es que mi esquema diario no es exactamente como he dicho, muchas noches cambia puesto que Jiho y sus amigos acostumbran a ir a un club llamado Aura, debe ser bastante bueno porque no paro de oír hablar de él tanto en clase como en la residencia, unos hablan de lo genial que es y otros de lo que darían por ir, a mí lo cierto es que me da igual, nunca he sido muy aficionada a salir a clubes ni fiestas, cuando estoy con mis amigos prefiero algo más tranquilo, para hablar, reírme y eso, pero sin desfasar mucho, sin bebidas y todo ese rollo. Pero creo que todo eso ha cambiado esta noche, Jiho me ha insistido en que le acompañe con la excusa de que todos van a llevar acompañante menos él y que mejor acompañante que su compañera de habitación y no solo él, sino que Hyerin y Jaehyo le acompañaron en las suplicas añadiendo que nunca salgo y parezco una rancia, así que acepté para no tener que oírles más. No me decidía con qué ponerme todo me parecía o demasiado arreglado o demasiado de diario´… ¿Qué se supone que hay que ponerse para un sitio así? Estaba ya desesperada hasta que una bombillita se encendió en mi cabeza.- ¡El vestido negro! -Jiho recién volvía a la habitación de las duchas con tan solo un albornoz blanco cubriendo su cuerpo y me dedico una mirada extrañada, enarcando las cejas como si estuviera loca, la verdad es que siempre pone caras muy graciosas, pero me aguanté la risa y le miré lo más seria que pude.- No me mires así, que por fin he encontrado algo que ponerme… -Le contesté mientras sacaba mi maleta que estaba bajo la cama y la colocaba sobre esta, abriéndola y rebuscando por ella hasta que di con él. Un vestido negro, ceñido, con un solo tirante algo ancho. Lo levanté para que lo viera, esperando su aprobación, pero él simplemente me dijo.- Lo que sea Miho, lo que sea, pero no tardes mucho o llegaremos muy tarde.- Siguió secándose el pelo con una toalla que no sé en qué momento sacó.


Durante los siguientes 45 minutos me duché, sequé el pelo, recogí el mismo en un moño, pero con mi flequillo aún a la vista. Me apliqué base de maquillaje, un colorete rosado por las mejillas, me pinté los labios de rojo y los ojos con algo de sombra negra demás del eyeliner que no me suele faltar. Me eché mi “conocida” colonia con olor a fresa que a todo el mundo acaba por llamarle la atención, me coloqué el vestido y entonces recordé que no tenía zapatos apropiados, pero me pareció haber oído a Hyerin comentar algo de unos tacones negros bastante altos, así que decidí llamarla al móvil para preguntarle.


¿Sí, Miho? -Preguntó algo extrañada.- ¿No vas a ir?
Tranquila, tranquila, sí voy~ Es solo que no encuentro ningunos zapatos que ponerme… ¿Te importa dejarme esos tacones negros de los que hablaste el otro día? - Puse un tono algo suplicante y antes de lo que me pude imaginar, allí estaba ella frente a mí con los zapatos en la mano. La miré frunciendo el ceño, porque no me explicaba aquella rapidez, tal vez me había vuelto a perder en mis pensamientos…


¡QUÉ GUAPA ESTÁS MIHO! -Sonreí levemente ante su comentario, lo cierto es que me daba algo de vergüenza. Miré los zapatos que llevaba en la mano y creo que nunca me había alegrado tanto de tener el mismo número de ella a pesar de que me sacara varios centímetros de alto- Son preciosos Hyerin, que buen gusto tienes… -Los miré poniendo un leve pucherito y luego la miré a ella- Muchas gracias por dejármelos… -Me senté en uno de los retretes, sí, estaba en el baño aún, y me pusé los zapatos, al levantarme casi pierdo el equilibrio, hacía demasiado que no me ponía tacones.


Le di un sonoro beso en la mejilla a Hyerin y me despedí con la mano, mientras me dirigía a mi habitación pude oír claramente como decía.- Pásatelo bien Mimihoho~


¿Mimihoho? -No pude evitar reírme al oírlo


Cuando entré en la habitación Jiho estaba hablando con el móvil pero en cuanto notó mi presencia y se giró colgó. Me miró de arriba a abajo con los labios entreabiertos, en respuesta lo único que pude hacer fue agachar la vista, sentía como me miraba detenidamente, cuando empecé a notar mis mejillas sonrojadas y no precisamente por el colorete alcé de nuevo la vista y forcé una pequeña sonrisa.- Jiho… ¿Estás ahí? - Me reí un poco, él simplemente agitó un poco la cabeza y se río en un tono que me apreció algo nervioso, no le había prestado atención pero se había arreglado más que de costumbre, vestía unos pantalones negros, con una camisa del mismo color y una chaqueta de un color como burdeos oscuro… También llevaba una especie de botas negras y bastantes collares, dicho así parece que fuera bastante hortera, pero creedme cuando os digo que le sentaba de maravilla…-


Cuando salí de mis pensamientos estabamos en su coche, el conduciendo (obviamente) y yo en el asiento del copiloto, una vez ya había arrancado y empezado a conducir me di cuenta de que no había cogido el bolso, con la cartera y el móvil.- ¡Jiho espera! -Dije tal vez con demasiado impetú tal vez por eso se giró tan repentinamente hacia mí, menos mal que el semáforo estaba en rojo-


¿Ha pasado algo Miho? -Preguntó claramente preocupado.


No… solo… He olvidado la cartera y el móvil en la habitación…


Me dio un pequeño golpe en el muslo- ¡Yah! No vuelvas a asustarme… No necesitas nada de eso, ya sabes que te voy a invitar yo, y si te llaman pues… Ya llamarás tú de vuelta- Sonrió ampliamente, mostrando los dientes


Pero… Pero… Yo no quiero que me invites, me da cosa…- A pesar de que su padre es un abogado de prestigio y el dinero no les sobra, sino lo siguiente, me sigue dando cosa que me invite, supongo que lo que haré será invitarle a algo en unos días, sin que se dé cuenta claro, porque no creo que me lo permita.
Ignoró mis palabras y en cuanto el semáforo se puso en verde, siguió conduciendo hacia aquel famoso lugar, tardamos menos de lo que esperaba en llegar, no esperaba que estuviera tan cerca. Me sorprendió que nos dejaran pasar sin tener que esperar la larga cola que había, supongo que fue ese el motivo de que me miraran tan mal algunas personas.


Con la primera pisada que di al Club sentí la música golpearme, estaba muy alta y estaba llenísimo, no pude ni ver el lugar con claridad me sentí algo perdida hasta que Jiho me cogió la mano, al sentir este gesto le miré y me dedico una sonrisa. Mientras me guiaba a algún sitio se acercó a mi oído y me dijo- Baby~ - ¿De verdad había dicho baby? Al notarme perdida volvió a repetirlo- Baby… Aquí soy Zico, nada de Jiho ¿Okay? - Simplemente asentí una sola vez con la cabeza, me había dejado shockeada con aquello, aunque en realidad me hizo gracia.


Subimos unas escaleras y entramos a una sala, mucho más vacía tanto que solo estabamos nosotros dos y otras dos personas que ya conocía bastante bien, y que al parecer se alegraron de verme- ¡MIHO! -Gritaron casi al unísono mientras venían hacia mí- Wow estás espectacular- Comentó Kyung mientras me cogía una mano y me hacía dar una vuelta, sonreí con un deje de timidez y antes de que me diera tiempo a reaccionar me abrazó Jaehyo- ¿Desde cuando tienes tú ese tipo? - bromeó mientras se separaba de mí, yo simplemente le miré mal, justo antes de que se me escapará una carcajada, me caen muy bien los dos, y Jaehyun tiene una cara muy bonita, he oído que es bastante conocido por internet debido a sus fotos y eso, no me extraña mucho la verdad… Y Kyung… Bueno Kyung es un amor, está muy unido a Jiho, creo que son amigos desde la infancia.


Jiho me tomó de la muñeca y me pegó a él- Kyuuuungie~ Jaaehyo~~ -Lo dijo en el tono más infantil que le había oído nunca- Que alguien nos traiga algo de beber ¿No? Antes de que vengan los otros…- Supuse que iría uno de los dos, pero me equivocaba salieron ambos- ¿Quién falta por venir? ¿Y no se suponía que traían todos compañ.. -No me dejo terminar, me tomó de la cintura y me pegó aún más a él en el momento en que posó sus labios sobre los míos, en ningún momento esperé que fuera a pasar aquello, mi mente me estaba jugando una mala pasada, me había paralizado, sentía esos labios que tanto había mirado los últimos días, los sentía sobre los míos, apenas moviéndose, pero el shock no me dejaba hacer nada. Subió su mano libre hasta mi nuca haciéndome así reaccionar, lo único que me salió hacer fue apartarme y mirarle con la respiración algo entrecortada, él no se dio por vencido y llevo la mano que antes estaba en mi nuca a mi barbilla, tomándola, acercó su cara a la mía de nuevo y susurro a pocos centímetros de mis labios- Miho… -Apenas rozó mi labio superior con su labio inferior, aquello me hizo estremecerme, la verdad es que nunca había estado con un chico, todo esto era nuevo para mí, estaba tan nerviosa que simplemente cerré los ojos, n sé cómo pero sé que en ese momento sonrió y de nuevo un susurro- No sabes las ganas que tenía de probar tus labios…- y ahí llegó un nuevo beso un beso gentil, como si supiera que era el primero, moví los labios con algo de torpeza, tratando de imitar lo que él hacía. Poco a poco apartó la mano que sujetaba mi barbilla y me rodeó la cintura con ambos brazos, por inercia mis brazos subieron hasta rodear su cuello pero entonces un ruido nos sacó de nuestro momento.


Ambos giramos la cabeza hacia la puerta, sin soltar el agarre que teníamos ambos, y entonces llegaron, eran tres chicos, los tres chicos más carismáticos que nunca he visto, y detrás de ellos venían Kyung y Jaehyo con las bebidas.


¡Ya estamos todos! - dijo Jaehyo con ese tono alegre que le caracteriza, el más bajito de los 3 desconocidos le revolvió un poco el pelo, después de un momento preguntándome por qué me mirarían tanto, recordé como estaba con Jiho, en ese mismo instante me separé rápidamente de él y tiré un poco del bajo de mi vestido para colocármelo mejor, noté un calor en mis mejillas y mentalmente recé por que no se me notará mucho el sonrojo.


Me acerqué a los tres chicos e hice una pequeña reverencia mientras me llevaba una mano al pecho para taparlo, ya es una costumbre que tengo, lleve o no lleve escote siempre lo hago.- Buenas, yo soy Miho, encantada de conoceros - puse mi mejor sonrisa, y el chico que estaba a la derecha tomó mi mano y la besó, me quedé muy extrañada ante ese gesto- Encantado señorita, mi nombre es Yoochun - Wow, su voz sonó taaaaaan sexy… El chico de la izquierda, el que antes le había revuelto el pelo a Jaehyo se acercó a él y le dio un pequeño codazo- Perdona a este bobo, no sabe respetar a las chicas de los demás -Soltó una pequeña risita- Yo soy Junsu -Cogió la mano que antes había besado Yucun y me la estrechó-


No, no… Yo no soy la chica de nadie… - Junsu simplemente te rio-


Sí… Ya… Seguro -Siguió riéndose, me pareció muy extrovertido, ideal para ser amigo de Jaehyo-


Fijé mi mirada en el chico del centro, su cara era simplemente preciosa, como una estatua de mármol, al igual que lo que el cuello en forma de V de su camiseta dejaba ver de su pecho, ese chico debía traer locas a todas las chicas… Tal vez también me habría gustado a mí si no fuera por lo serio que estaba y ese aire de superioridad que tenía. No sé en qué momento pero Jiho e había rodeado la cintura con sus brazos, pegando su pecho a mi espalda.


Volví a mirar a aquel chico, esperando que me dijera su nombre, pero parecía perdido en sus pensamientos, así que decidí ignorarlo. Coloqué mis manos sobre las de Jiho y miré a mis chicos- ¿Qué habéis traído para mí?


JB con cola -Kyung alzó uno de los vasos de tubo que traía y me lo acercó, yo le sonreí como agradecimiento y cuando me disponía a darle un trago, aquel chico “misterioso” habló- Disculpa mi comportamiento, me llamo Jaejoong.

아우라 - 1ST Chapter.


Llegaba tarde a la estación, me gusta ser puntual, pero cuando tengo tantas cosas que preparar siempre me pasa igual, no puedo evitarlo… Por última vez antes de salir me miré en el espejo de la entrada de la que había sido mi casa durante los últimos 18 años, mi pelo tan oscuro como de costumbre había crecido bastante desde la última vez que me lo corte, el flequillo caía sobre mi ojo izquierdo, pero sin llegar a taparlo, y un mechón de pelo se acomodaba detrás de mi oreja derecha, dejando a la vista los cuatro pendientes que acompañan al ‘típico’ que tenemos casi todas las chicas; mis ojos rasgados pero no demasiado debido a que no soy completamente coreana estaban tan solo maquillados por el eyeliner, no acostumbro a maquillarme en exceso y me pareció algo tonto maquillarme más para un viaje de varias horas; no pude evitar volver a mirar mi nariz, nunca me ha gustado, es algo más grande de lo normal, supongo que por el hecho de ser mestiza, la verdad es que el motivo me da igual, sigue sin gustarme, a diferencia de mis labios, que a pesar de no ser especialmente atractivos, o carnosos me agradan, crean una bonita harmonía con el resto de mi cara, tal vez sea lo que más me gusta de ella,  sin poder evitarlo sonreí al pensarlo, y al hacerlo dejé ver mis pequeños dientes, me recuerdan a los de mi padre, son pequeños y algo separados, me dan un aspecto más infantil, lo cual no sé si es bueno o no…

Me estiré un poco la amplia sudadera morada que llevaba, tapando casi los shorts vaqueros que llevaba, me gusta vestir así, es realmente cómodo, tengo suerte de no tener unas piernas muy feas, porque me siento muy cómoda con pantalones cortos. De repente una voz me sacó de mis pensamientos. - ¿Qué haces todavía aquí? - Me giré rápidamente hacia el lugar del que provenía la voz y como no, allí estaba mi madre.- ¿Qué hora es ya? -Dije mientras sacaba el móvil del bolsillo de la sudadera para mirar la hora abriendo los ojos de par en par al ver que ya casi era la hora a la que salía el tren que me llevaba a la capital junto con Hyerin, al darme cuenta de esto, agarré mi maleta y salí corriendo como si me fuera la vida en ello.

Al llegar al portal, me di cuenta de que mi padre me estaba esperando con el coche y respiré aliviada, me subí al mismo y el camino hasta la estación fue prácticamente en silencio, supongo que resultaba incómoda una conversación mientras llevaba a su hija mayor hacia la estación, sin saber exactamente cuando la volvería a ver. Le miré de reojo cuando ya casi llegábamos y pude ver como una lágrima escapaba de sus ojos. Nunca antes le había visto llorar, y creedme que costó no ponerme a llorar en ese mismo instante, pero no podía hacerlo, no quería que fuera peor…

Finalmente llegamos a la estación, al salir me di un largo y emotivo abrazo con mi padre y le dije que le recordara cada día a mi madre y a mi hermana lo mucho que les quiero, tras esto, entre en la estación, y allí estaba Hyerin con una sonrisa en la cara, como siempre.

La conozco desde que tengo uso de memoria, nuestras padres son amigos desde jóvenes, y desde que éramos pequeñas hemos sido compañeras en la academia de baile, aunque para qué mentirnos ella baila bastante mejor que yo. Ahora que lo pienso todas las imágenes que tengo de ella en mi cabeza, está sonriendo y con una larga melena, acompañada por un flequillo recto. Lo cierto es que es muy guapa, siempre he tenido algo de envidia, tiene unos ojos grandes y redondos, a pesar de ser asiática, tiene una nariz fina y un poco respingona, y su labio inferior es ligeramente más grueso que el superior, si hablamos de su cuerpo cabe destacar que siempre ha sido una chica muy delgada, tal vez por eso no tiene muchas curvas, pero aún así su cuerpo también es bastante bonito.

¡Por fin llegaste Miho! - Me dijo mientras me cogía la mano libre y me guiaba hacia la puerta del vagón de nuestro tren.- Llevaba un buen rato esperándote, ya pensé que iba a tener que irme sin ti.. -Hizo un pequeño puchero al terminar la frase, a lo cual conteste mientras reía entre dientes- No te vas a librar de mí tan fácilmente, pequeñaja. -Tampoco es que sea mucho mayor que ella, tan solo unos meses, pero esos meses la hacían estar un curso por debajo, así que siempre he sido como una hermana mayor para ella.

Entramos a nuestro vagón y apenas nos costó encontrar nuestros asientos, dejamos las maletas en el maletero que hay sobre los asientos. Hyerin sabe que me gusta sentarme en el lado que da a la ventana, así que me dejo pasar primero, casi no me dio tiempo de sentarme cuando empezó a moverse el tren, el tren que me llevaba a la capital, el tren que me llevaba a mi nueva vida, el tren que me llevó a conocerlo.